"Europa necesita a los migrantes, está envejeciendo. La tasa de natalidad en Alemania e Italia es baja. ¿Cómo percibirán las pensiones los adultos mayores, si el porcentaje de jóvenes y adultos está disminuyendo?", dijo el experto y exembajador de Italia en Moscú, Sergio Romano, en una entrevista a Sputnik.
Bruselas ha sido objeto de múltiples críticas por sus medidas migratorias tanto en Europa, como en el extranjero.
El cierre de las fronteras interiores y el control fronterizo a fin de frenar el flujo de inmigrantes ya son práctica diaria y están en marcha en varios países de la UE como Alemania, Austria, Dinamarca y Francia. Sin embargo, la Comisión Europea llama a defender el espacio Schengen y a no amenazar la libre circulación. A tal efecto, los comisarios proponen crear un cuerpo fronterizo europeo de reacción rápida. Su objetivo será controlar las fronteras del espacio Schengen.
Infografía: Las causas de la crisis de refugiados en la UE
"La recuperación de las fronteras nacionales no servirá para nada porque siempre habrá violaciones. Hay que partir del principio de que somos una comunidad de países, y debemos reforzar nuestra frontera exterior en lugar de levantar barreras interiores", expresó Romano.
La acogida de los refugiados es una carga pesada para los gobiernos europeos que muchas veces toman decisiones contradictorias. Uno de los ejemplos es Dinamarca. El parlamento danés aprobó una ley que, entre otras medidas, permite confiscar a los refugiados sus objetos de valor para pagar su estancia en el país. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, calificó el plan de las autoridades danesas como una respuesta "profundamente preocupante" a la crisis humanitaria en Europa.
Las predicciones sobre la reunión en Bruselas son bastante lúgubres. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, está seguro que los miembros de la Unión tienen dos meses para salvar el espacio Schengen, lo que también significa rescatar la propia UE. Varios políticos pierden la confianza y ya no creen que el plan de acogida de refugiados propuesto por el gobierno de Angela Merkel, resuelva los problemas. Mientras que los funcionarios alemanes buscan poner fin a la crisis a nivel político y colaboran con varios países entre los que están Irak y Rusia, la mayoría de los gobiernos europeos prefiere hacerse a un lado.
¿La UE busca lavarse las manos?
Angela Merkel considera a Turquía como uno de los eslabones principales en la resolución de la crisis. Miles de personas afectadas por los conflictos armados en Oriente Medio y África cruzan a diario sus fronteras y continúan hasta llegar a la UE. Según declaraciones del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, Turquía ya ha acogido a 2,5 millones de refugiados sirios y a 300.000 iraquíes.
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La crisis migratoria impulsó el diálogo entre Bruselas y Ankara, y como resultado se tiene el acuerdo de medidas para contener la situación. La Comisión Europea aprobó una ayuda financiera de 3.000 millones de euros al país otomano. Sin embargo, Ankara solicitó a la Unión Europea aumentar esta ayuda y llevarla a 5.000 millones para controlar el flujo migratorio a Europa y mantener a los refugiados en su territorio.
El ministro de Exteriores de Austria, Sebastian Kurz, considera que Bruselas decidió endosar algunos responsabilidades sobre Turquía para no mancharse las manos.
"(…) Pero Ankara recibió demasiado poder. Debemos transferir a Turquía el manejo de los asuntos que requieran su participación, como lo es la consecución de asilo a los migrantes. Sin embargo, cuando la UE delega a Turquía responsabilidades de protección de las fronteras comunes de la Unión, implica una dependencia, que, en mi opinión, es muy peligrosa", sostuvo en sus declaraciones el diplomático austriaco.
Además, siguen de manera escandalosa las violaciones de los derechos humanos por parte de Turquía. De acuerdo con la cadena alemana de televisión ARD, el país otomano infringe de modo sistemático el derecho internacional al regresar a los refugiados a Siria desde su territorio. Se pone en duda el compromiso de Ankara con la UE.
"El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, explota los acuerdos con Bruselas para presionar a Occidente", concluyó Kurz.
Una Europa alternativa
"Europa de la Libertad y la Democracia Directa" es la entidad más joven y pequeña en el Parlamento Europeo. El grupo parlamentario une a los diputados euroescépticos cuya agenda política consiste en la desintegración regional.
Los euroescépticos abogan por destruir el sistema político actual en la región, salir del euro y del Schengen, recuperar las fronteras interiores y abolir los estructuras supranacionales en Bruselas, permitiendo que los países acuerden cooperación directamente entre sí. Desde su punto de vista, lo que pasa ahora en la UE es fruto tanto de la inseguridad en Oriente Medio y África, como de la propia política de Bruselas.
"Sanciones contra Rusia, indulgencia ante EEUU en Ucrania y Oriente Medio, desestabilización en Libia y luego en Siria, respaldo a Catar y Arabia Saudí son decisiones que han permitido a Daesh —autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países— exportar el terrorismo a nuestra región", expresó la líder del partido francés de extrema derecha Frente Nacional, Marine Le Pen.