La petrolera atribuyó el fuerte retroceso en sus resultados financieros al hundimiento del precio del crudo.
Las cuentas presentadas el martes 2 de febrero sitúan los ingresos netos en el último trimestre en 196 millones de dólares, muy por debajo de los estimados 730 millones de dólares proyectados por los analistas.
El pronunciado deterioro fuerza a la compañía energética global a eliminar para finales de 2017 3.000 puestos de trabajo adicionales a los 4.000 anunciados previamente.
BP está reestructurando sus operaciones desde el desastre en el Golfo de México de 2010, incluidas desinversiones de 60.000 millones de dólares en Estados Unidos, pero la depreciación del petróleo ha impactado en su objetivo de recuperación.
El grupo afrontó un cargo de 443 millones de libras en el último trimestre de 2015 derivado del vertido, que elevada el total de cargas por esta ruina ecológica a 55.500 millones de dólares.
De acuerdo con el jefe de BP, el grupo está generando "buen progreso en la gestión y reducción de nuestros costes y gasto de capital manteniendo al mismo tiempo la seguridad y fiabilidad de las operaciones y continuando una inversión disciplinada de nuestra cartera de negocio".
Dudley se mostró convencido de que su plan de choque "a medio plazo" garantizará el crecimiento "a largo plazo".
Los accionistas cobrarán un dividendo de diez centavos por acción ordinaria pero la cotización del grupo cayó 8,8 por ciento – la peor perdida de la jornada- en la bolsa de Londres arrastrada por la espectacular reducción del 51% en los beneficios de 2015.