"Esta semana presentaremos a la Cámara baja enmiendas legislativas sobre los depósitos en garantía", aseguró a RIA Novosti Dmitri Savéliev, vicepresidente del comité parlamentario para el mercado financiero y promotor de la banca islámica en el país.
"La siguiente etapa concierne al régimen fiscal para los productos financieros islámicos, la emisión de títulos de valor y los fondos de inversión", subrayó Savéliev.
La banca islámica se basa en los preceptos religiosos del Corán que prohíben la usura, los intereses bancarios, el engaño en las transacciones comerciales.
El islam también veta los proyectos relacionados con el alcohol, tabaco, drogas, pornografía, armas o el juego de azar.
Además en los préstamos comerciales, los beneficios (o pérdidas) son compartidos entre el banco y el cliente.
Según Bekján Chokáev, experto de la Academia Rusa de Economía y Función Pública, la banca islámica mueve en el mundo alrededor de 2,3 billones de dólares con un crecimiento anual de entre el 15 y el 20 por ciento.