"Encontramos los puntos de convergencia, iniciamos, en palabras del relator de la PACE para Bielorrusia, Andrea Rigoni, mirar en la misma dirección", declaró el miembro permanente de la Comisión de Asuntos Internacionales del Parlamento bielorruso, Nikolái Samoseiko.
Bielorrusia es el único país de Europa que sigue aplicando la pena capital, lo que le impide recuperar su estatus de invitado especial ante la PACE, que recibió en 1992.
En 1997 la PACE suspendió este estatus de Bielorrusia y en un año se congeló la solicitud de la República para ser un miembro del Consejo de Europa por falta de progreso en el ámbito de democracia y los derechos humanos.
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En 1996 Minsk realizó un referendo nacional, durante el cual el 80,5 por ciento de los participantes votó por conservar la pena capital.