May describió como "profundamente alarmante" la conclusión del presidente de la encuesta, el juez retirado sir Robert Owen, de que el envenenamiento de Litvinenko en noviembre de 2006 fue una "operación del FSB probablemente aprobada" por el presidente Vládimir Putin y el actual jefe del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Pátrushev.
"Es una flagrante e inaceptable violación de los más fundamentales principios de la ley internacional y del comportamiento civilizado", denunció la ministra en su intervención de urgencia en la Cámara de los Comunes.
May aseguró que el Ejecutivo conservador acepta con "extremada seriedad" las conclusiones del juez Owen, que estudiará "en detalle".
Por lo pronto, el Gobierno británico transmitirá su queja formal al Gobierno ruso y convocará al embajador en Londres para que asista al ministerio de Exteriores.
La ministra aseguró sin embargo que el Ejecutivo de Cameron mantendrá contactos con el Kremlin en cuestiones que se ajusten al "interés nacional" de Reino Unido, como la lucha contra el terrorismo islamista.
Entre las medidas anunciados este jueves, Londres difundirá el informe de la investigación entre sus socios en la Unión Europea y la OTAN para que, según advirtió May, "tomen los pasos necesarios para prevenir" asesinatos similares en sus respectivos países.
La titular del Interior no dudó en describir la muerte de Litvinenko por ingestión del isotopo radioactivo polonio 210 como "un acto patrocinado por el Estado" ruso.