"Les tiendo la mano una vez más, para un acuerdo de ganar-ganar. Vamos a echar las bases de un nuevo modelo productivo", dijo Maduro al presentar los nueve "motores" o áreas en las que propone desarrollar la producción doméstica y sustituir importaciones.
Recordó, en cambio, que lanzó un decreto de emergencia económica que le autoriza durante dos meses para agilizar la importación de alimentos y medicinas, intervenir empresas públicas y privadas, disponer de fondos sobrantes de la gestión 2015 y regular los montos de las transacciones financieras, entre otras medidas discrecionales.
"Espero que la Asamblea Nacional me apruebe ese decreto por unanimidad", dijo Maduro, mientras en paralelo el Parlamento, con mayoría opositora, iniciaba el examen de la emergencia para decidir en tres días si la aprueba o la anula.
La emergencia y el nuevo Consejo son respuestas a la crisis marcada por una caída vertical de los ingresos petroleros, una recesión de 4,5 por ciento en los primeros nueve meses de 2015 y una inflación anualizada de 141 por ciento (254 por ciento en alimentos), según las cifras oficiales del Banco Central de Venezuela.
Los "motores" del impulso económico serán los sectores hidrocarburos, petroquímica, agroalimentario, minería, telecomunicaciones e informática, industria, construcción, turismo e industrias militares.
Cada "motor" tendrá mesas de trabajo para subsectores, con empresarios y funcionarios al frente, y el Gobierno les entregará un "Plan 50", de 50 rubros "sobre los cuales concentraremos esfuerzos", según dijo Maduro sin ofrecer más detalles.
Maduro colocó a la cabeza del Consejo al vicepresidente Aristóbulo Istúriz, reputado como un veterano operador político, y a su nuevo vicepresidente para el área económica, el sociólogo Luis Salas.