Ai también había dirigido el comité de la Zona de Libre Comercio de Shanghái, un experimento económico del Gobierno emprendido a finales de 2013 que busca la inversión extranjera con una regulación fiscal más relajada.
Las ganancias ilegales de Ai han sido confiscadas y su caso ha sido transferido ya a las instancias judiciales, según el diario China Daily.
Ai está acusado de buscar beneficios para él y para sus familiares, cambiar favores sexuales por ascensos, no informar a sus superiores de sus asuntos personales y malversar fondos públicos.
Además frecuentó los campos de golf y los clubes privados elitistas, dos prohibiciones que figuran en los ocho puntos del código de conducta interna del PCCh.
El segundo funcionario que será juzgado en breve es Zhou Laizhen, quien está acusado también de aceptar regalos, cambiar favores sexuales por ascensos y ayudar a sus familiares.
Zhou, según la investigación, también malversó fondos públicos para viajes y banquetes personales.
Miles de funcionarios han sido castigados desde que Xi decretase el inicio de una campaña contra la corrupción contra "moscas y tigres", en referencia a bajos y altos oficiales.
Pekín ha insistido en que de la fortaleza de la lucha para limpiar las filas del partido depende su supervivencia.