Breivik fue detenido durante una inspección de rutina al norte de Fráncfort con piezas de armas y municiones que había adquirido en el Sudeste de Europa, asegura Harrich que investigó durante años el comercio ilegal de armas en el continente.
Las autoridades alemanas, apuntó, confiscaron los objetos ilegales a Breivik y lo dejaron en libertad sin informar del incidente a Noruega.
El director confiesa que tres fuentes diferentes le contaron esta historia.
Por su parte, el fiscal noruego Paal-Fredrick Hjort Kraby, al comentar estos nuevos datos, escribió a la edición que las pesquisas del caso Breivik concluyeron y que el caso no será reabierto para aclarar este asunto.
El 22 de julio de 2011 el ultraderechista hizo estallar una bomba en pleno centro de la capital noruega, provocando la muerte de ocho personas.
Ese mismo día se trasladó a la isla de Utoya, en la que mató a 69 personas que participaban en un campamento de las Juventudes Laboristas.
El terrorista fue condenado en 2012 a 21 años de prisión, una pena que puede prorrogarse de forma indefinida.