"Tras la firma del acuerdo nuclear en noviembre de 2013, Arabia Saudí empezó a dedicar sus recursos a frustrar el acuerdo temiendo que su fabricada iranofobia se derrumbase", escribió en una carta publicada por el diario The New York Times.
Zarif destacó que "a día de hoy hay gente en Riad que no solo continúa impidiendo la normalización, sino que están decididos a arrastrar a toda la región a una confrontación".
Según el ministro iraní, las autoridades de Arabia Saudí temen que la comunidad internacional preste atención al patrocinio del extremismo por Riad después de que el programa nuclear de Irán haya dejado de considerarse como una amenaza mundial.
"La estrategia de Arabia Saudí de destruir el acuerdo nuclear, mantener y aún agravar la tensión en la región contiene tres componentes: presionar a Occidente, promover la inestabilidad regional a través de la guerra en Yemen y el apoyo al extremismo, así como provocar directamente a Irán", afirmó.
Irán y el Grupo 5+1 (EEUU, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China más Alemania) anunciaron el 14 de julio en Viena un acuerdo que establece ciertas limitaciones al programa nuclear del iraní para excluir su posible dimensión militar a cambio del levantamiento de las sanciones.
El Plan de Acción Integral Conjunto estipula que durante los próximos 15 años Irán no podrá acumular más de 300 kilogramos de uranio enriquecido al 3,67 por ciento; el material sobrante deberá retirarse del país.