"Hay que tener seriedad y responsabilidad en las valoraciones", insistió Sartori, quien añadió que para el PMDB, principal socio del Partido de los Trabajadores (PT) en el gobierno de Brasil, apoyar el proceso de juicio político sería "abogar contra uno mismo" subrayando, por tanto, una posición muy similar a la de su colega de partido y gobernador del estado de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao.
El apoyo expreso de los gobernadores del PMDB en dos de los estados más ricos de todo Brasil, Rio Grande del Sur y Río de Janeiro, puede considerarse un verdadero logro para la presidenta Dilma Rousseff, quien observa con recelo como una parte del PMDB estaría dispuesta a seguir los pasos del presidente del Congreso, Eduardo Cunha, quien desde el mes de julio mantiene una ruptura personal con el gobierno y está considerado el principal impulsor del "impeachment".
Sin embargo, a pesar de la oleada de apoyo de prominentes miembros del PMDB, continua en duda el papel del vicepresidente de la República y líder nacional del partido, Michel Temer, quien desde el pasado mes de noviembre mantiene una fuerte tensión con la presidenta Dilma Rousseff, a quien llegó a dirigir una carta en la que se autocalificó como un "vicepresidente decorativo".
Cabe recordar que Temer asumiría la presidencia de Brasil hasta el fin del mandato el 1 de enero de 2018, en caso de que el juicio político a Rousseff acabase siendo aprobado en el Congreso Nacional, una circunstancia que todos los analistas políticos del país relacionaron con su repentina crítica a la presidenta Rousseff que, a la postre, solamente sirvió para deteriorar gravemente su imagen ante la opinión pública del país, que le tachó de oportunista.