La ansiada tregua no llega a cuajar del todo entre las infracciones del alto el fuego y las acusaciones mutuas que cruzan las partes enfrentadas.
La dinámica de negociaciones se mantiene en un permanente tira y afloja, con pasos adelante seguidos de otros hacia atrás y las muestras de voluntad política se han venido enfrentando a tensiones, provocadas ante todo por las fuerzas más intransigentes que se oponen a una salida negociada, como es el caso de Pravy Sektor (Sector Derecho), movimiento radical que sigue abogando por la violencia política como solución al conflicto.
Las dos espinas del año
El tema clave, que desencadenó de hecho el conflicto, es la demanda de descentralizar el Estado. Cuando en abril de 2014 estallaron las protestas en Ucrania del Este, el lema de los manifestantes que ocupaban los edificios públicos era la federalización, que entraba en conflicto frontal con la posición centralista de las autoridades ucranianas.
El centralismo se manifestó, en particular, en el nombramiento de gobernadores, muchos de ellos oligarcas de primera fila que, estallado el conflicto, financiaron a los batallones de voluntarios que se enfrentaron a las milicias y que en muchos casos fueron denunciados de violar los derechos humanos por organizaciones como Amnistía Internacional (AI).
Otra de las espinas que obstruyen el proceso de paz eran las elecciones locales en los territorios controlados por las milicias, cuyas autoridades insistían en el derecho de convocarlas en la fecha que estimasen conveniente y que, a su juicio, no tenía por qué coincidir con la establecida por las autoridades ucranianas.
Al final, accedieron a suspender las elecciones ya convocadas, lo cual se atribuye a la influencia de Moscú. Como resultado, las elecciones locales solo se celebraron en los territorios controlados por Kiev.
Los acuerdos de Minsk ¿qué se cumple?
Las autoridades rusas invariablemente destacan la importancia de los acuerdos de Minsk como única vía posible de solución del conflicto de Ucrania del Este.
En el ámbito militar destacan tres elementos: el cese del fuego, la retirada de armamento pesado y el intercambio de prisioneros.
El alto el fuego se cumple en rasgos generales, que satisfacen a los actores internacionales implicados, incluidas las misiones de observación, al mismo tiempo, de vez en cuando estallan tiroteos aislados o provocaciones, como las llaman las partes enfrentadas.
Tema: Cumbre en Minsk sobre Ucrania
La retirada de armas pesadas de la línea de separación establecida por los acuerdos se cumplió por ambas partes, pero ninguna de ellas descarta volver a desplegarlas en caso necesario, incluso hubo denuncias puntuales de avance a la zona de separación de armamentos proscritos por los acuerdos de Minsk.
El intercambio de prisioneros de acuerdo al principio concertado de "todos por todos" no se cumple a raíz de múltiples desacuerdos, sobre todo en lo que concierne a quiénes deben ser objeto de canje y quiénes han de ser amnistiados.
Ucrania se niega a incluir a quienes las milicias denominan como presos políticos (personas que no son milicianos, acusadas de colaboración o espionaje).
Diversas maniobras se utilizaron en los pocos intercambios celebrados, como entregar a personas que nada tienen que ver con las listas pactadas ni con el conflicto mismo, el resultado es que el trueque de "todos por todos" sigue pendiente.
La reforma constitucional encaminada al proceso de descentralización del país supuso un quebradero de cabeza para las autoridades ucranianas, que se enfrentaron a manifestaciones violentas, como enfrentamientos con la policía y explosiones y víctimas en el corazón de Kiev y también a la oposición de buena parte de los legisladores.
Como consecuencia, las enmiendas aprobadas quedaron en papel mojado, tanto por no poder llevarse a la práctica, como por haber excluido de su redacción a los territorios que Kiev no controla y que por su parte las consideran insuficientes.