"La línea de separación y la retirada de las unidades militares son nuestros logros reales que nos permiten observar la concentración de las fuerzas del adversario, sus desplazamientos y rotación", ha señalado.
Al mismo tiempo ha declarado que la implementación de los acuerdos de Minsk podría ser más eficaz si no fuera por la parte ucraniana que, según él, "de hecho no ha cumplido nada".
En abril de 2014, Kiev lanzó una operación militar en las provincias de Donetsk y Lugansk para ahogar los focos de indignación por el cambio de poder violento en el país en febrero de ese mismo año.
Las hostilidades segaron más de 9.000 vidas y causaron más de 20.700 heridos, según los datos de la ONU, además fueron destruidos centenares de miles de viviendas, hospitales, iglesias, centros docentes y guarderías.
Desde el 1 de septiembre de este año en Donbás reina una calma relativa, tras más de nueve meses de violaciones del armisticio pactado el 12 de febrero en Minsk.
En la reunión del Grupo de Contacto de Minsk del 22 de diciembre, las partes en conflicto acordaron respetar incondicionalmente la tregua desde la medianoche de 23 de diciembre y cesar cualesquiera maniobras de las unidades militares durante las fiestas del Año Nuevo y navideñas (los cristianos ortodoxos celebran la Navidad el 7 de enero).