El miércoles el primer ministro, Dmitri Medvédev, firmó un decreto sobre la ampliación de las restricciones impuestas a Turquía. La medida afectará a agencias de viajes, hoteles y servicios para necesidades estatales, informó el gabinete de prensa del Ejecutivo.
"No creo que Turquía tenga una gran variedad de socios para reemplazar lo que recibía de Rusia", declaró Vladímir Sótnikov, científico del Centro de Seguridad Internacional de la Academia rusa de Ciencias.
Sótnikov destacó que la conducta de las autoridades turcas, que insisten en normalizar las relaciones, comprueba su punto de vista.
El experto afirmó que Turquía ve a Israel como distribuidor potencial de gas natural, pero es poco probable que Tel Aviv asuma este papel.
"Israel pensaría dos veces antes de poner en amenaza sus relaciones estratégicas con Rusia comenzando esta cooperación con Turquía", dijo.
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El científico concluyó que las relaciones no serán normalizadas hasta que Ankara pida disculpas por el avión derribado y por el piloto asesinado, mientras tanto la prohibición rusa "afectará los ingresos de la economía turca".
Turquía asegura que la aeronave violó su espacio aéreo, mientras que las autoridades rusas sostienen que el aparato no cruzó la frontera turca, lo que confirman los datos de los radares sirios.
Tras el derribo del Su-24, calificado por el presidente Vladímir Putin como una "puñalada por la espalda", Moscú impuso restricciones económicas a Turquía, en concreto en los ámbitos del comercio, educación, turismo y empleo.