El diplomático denunció que Ankara sigue colaborando con los terroristas internacionales en el territorio sirio.
"La incorporación de la aviación rusa a las acciones militares en Siria ha afectado muchos intereses turcos y para expresar su descontento con esta operación contra Daesh (autodenominado Estado Islámico), Turquía derribó el Su-24", dijo Haddad en una entrevista al diario Krasnaya Zvezda (Estrella Roja).
Además subrayó que Turquía ha optado por un rol "sucio" en la crisis siria.
"Turquía abrió prácticamente por completo la frontera con Siria, de unos 900 kilómetros, para la entrada de los terroristas del mundo entero", constató el diplomático.
Moscú lanzó el 30 de septiembre una ofensiva aérea contra los terroristas de Daesh y el Frente Al Nusra en Siria a petición del presidente Bashar Asad.
Ambas organizaciones están proscritas en varios países, incluida Rusia.
Hasta la fecha los ataques puntuales de la aviación rusa han acabado con cientos de terroristas y destruido más de 8.000 instalaciones, entre campos de entrenamiento, arsenales, plantas de armas y puntos de logística petrolera de los radicales.
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza otomano derribara el 24 de noviembre en el espacio aéreo sirio un avión ruso Su-25 que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas.
El presidente ruso calificó este hecho como "una puñalada por la espalda" por parte de los que colaboran con el terrorismo.