Entre otras localidades, la organización terrorista abandonó la ciudad de Tikrit y gran parte de la ruta que conecta Raqqa y Mosul, lo que debe dificultar el aprovisionamiento y el desplazamiento de los radicales entre ambas ciudades.
IHS cifra en 78.000 kilómetros cuadrados el territorio ocupado por los terroristas.
Además los terroristas pretenden expandir su influencia en los países del norte de África, en particular en Libia.
La aviación rusa empezó el 30 de septiembre una ofensiva aérea contra los terroristas en Siria a petición del presidente Bashar Asad.
Hasta la fecha los ataques puntuales de los aviones rusos han acabado con cientos de terroristas y destruido más de 8.000 instalaciones, entre campos de entrenamiento, arsenales, plantas de armas y eslabones de la logística petrolera de Daesh, la principal fuente de financiación del grupo terrorista.