Decenas de cristianos locales, algunos extranjeros y un puñado de musulmanes se congregaron en esta iglesia católica para asistir a la misa solemne celebrada por el Patriarca Latino de Jerusalén, Fuad Twal, que cruzó en coche oficial el paso fronterizo de Erez, entre Israel y Gaza para estar con los cristianos de Gaza.
La pequeña comunidad cristiana de este territorio palestino —unas 3.000 personas de 1,8 millones de habitantes— tiene pocas ocasiones de hacer grandes celebraciones. Las restricciones que Israel impone a los palestinos de Gaza son iguales para musulmanes que para cristianos.
Yusif salía de una reunión con representantes cristianos, en la que les ha transmitido “que somos hermanos”.
En Navidad, los cristianos católicos, protestantes, ortodoxos, reciben permisos para salir de Gaza por la frontera israelí. Pero solo si tienen menos de 16 años o más de 36.
“Yo ya no puedo salir. Me faltan 16 años para conseguir que me dejen salir de aquí en Navidad”, explica Elias, cristiano de 20 años, a Sputnik Nóvosti al término de la misa celebrada por el Patriarca Latino.
Randa al Amash, madre de cuatro hijas ya mayores, está contenta de ver al Patriarca en Gaza, pero pronostica una Navidad “triste”. “La situación es un desastre aquí. Todos sufrimos, cristianos y musulmanes. Las familias no reciben permisos colectivos para salir, solo algunos de sus miembros”, subraya Randa.
Junto a la iglesia de la Sagrada Familia hay un parvulario y un colegio. “Cada día damos de comer a 600 niños”, indica la hermana Susan Sheenan, una de las responsables del hogar de niños Saint Vincent Ein Karem, en Jerusalén, que colabora en proyectos para niños en Gaza.
“Sabemos que el año pasado tuvo muchos aspectos negativos. Hubo violencia, desplazamientos, hambre y dolor. Esperamos que el año nuevo sea realmente nuevo, con más justicia, igualdad y unidad nacional (…) y que sea un año de paz”, dijo el Patriarca Latino en la Homilía de la misa.
Tema: Ola de violencia en Palestina en Israel
“La Navidad aquí es agridulce”, señala el padre argentino Gabriel Romanelli, antiguo vicario de Gaza, que denuncia la situación “permanente de falta de libertad” en un territorio que define como “una cárcel”.