"No es tiempo de cohabitación ni de convivencia con la burguesía, ni con la contrarrevolución ni con el imperialismo; vamos a la gran contraofensiva", dijo Maduro en el pleno del congreso del gobernante Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) que el fin de semana acordó estudiar de urgencia cambios o ajustes en el terreno económico.
La oposición obtuvo en la elección del 6 de este mes 7,7 millones de votos frente a 5,6 millones del oficialismo, y se hizo con dos tercios del parlamento, 112 de sus 167 diputados, una mayoría cómoda para elaborar leyes e interpelar al Poder Ejecutivo.
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"Las partes con su lenguaje de confrontación exhiben sus músculos tras los resultados de la elección, pero cabe esperar que se sienten a dialogar sobre acuerdos mínimos de funcionamiento", señaló a Sputnik Nóvosti el analista Eloy Torres, profesor de estudios internacionales en las universidades Santa María y Central de Venezuela.
Amnistía y economía
Casi a diario después de los comicios se divulgan anuncios o medidas que mantienen elevado el discurso de confrontación, con el telón de fondo de la difícil situación económica que vive la mayoría de la población.
Esa ley, primera oferta de la campaña opositora, liberaría a un centenar de opositores que están presos, condenados o procesados por promover disturbios violentos, o autoexiliados.
Maduro había dicho en un programa de televisión que "no aceptaré ninguna ley de amnistía; así me planto: los asesinos de un pueblo deben pagar".
Con sus ingresos petroleros reducidos a la mitad, Venezuela padece una carestía que duplica los precios de bienes esenciales en pocos meses, si bien no se conocen desde hace un año cifras oficiales de inflación; la escasez comprende alimentos, medicinas, repuestos y materiales de construcción.
Insistencia en el diálogo
Mientras tanto, Henrique Capriles, candidato presidencial de la oposición en 2012 y 2013, pidió al Gobierno "llamar a un gran diálogo nacional; no podemos distraernos, tenemos que exigir que se atienda la peor crisis económica y social de nuestra historia".
Por su parte, el veterano referente de izquierda José Vicente Rangel, quien fue vicepresidente del fallecido mandatario Hugo Chávez entre 2002 y 2007, recomendó ", en su programa dominical de TV a la oposición "administrar con prudencia" la victoria y al oficialismo "no dejarse abatir por la derrota y por consiguiente no caer en extravíos".
Desde el exterior hubo llamados al entendimiento del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, un aliado de Chávez, para quien Maduro "no puede perder de vista la necesidad de un diálogo entre los diferentes sectores", según dijo en un foro de líderes políticos la semana pasada en Madrid.
En la misma reunión, el exjefe del gobierno español Felipe González, quien ha apoyado abiertamente a la oposición venezolana, dijo que hay "absoluta necesidad de un diálogo, una negociación y un pacto" entre actores políticos, sociales y económicos del país sudamericano.
El Gobierno de la vecina Colombia también instó a un diálogo "de forma constructiva, porque así es como la democracia avanza", según dijo el presidente Juan Manuel Santos.
Mientras tanto, este martes se reunirá la Asamblea Nacional aún en funciones para decidir si la legislatura sigue sesionando hasta el 5 de enero, fecha en que serán investidos los nuevos diputados electos, o si se inicia el receso parlamentario tradicional de diciembre.