El presidente y candidato a la reelección, el conservador Mariano Rajoy, y el candidato socialista Pedro Sánchez han protagonizado escenas de alta tensión.
Para el 33,7 por ciento daba por ganador a Sánchez, mientras que para el 28,8 por ciento el ganador ha sido Rajoy.
Durante el cara a cara Sánchez ha reprochado a Rajoy por no haber dimitido ni asumido su responsabilidad política por los numerosos casos de corrupción que han estallado en las filas de su partido.
Sánchez ha recordado a Rajoy la financiación en B del PP, los papeles de su tesorero Luis Bárcenas o la reforma de la sede de su partido pagada presuntamente con dinero negro.
“Usted no es una persona decente”, le ha reprendido Sánchez.
Rajoy ha contestado a Sánchez muy enfadado: "Hasta aquí hemos llegado. Yo soy un político honrado, jamás me ha citado nadie en un juzgado".
"Como mínimo, soy tan honrado como usted". "Es una afirmación ruin, mezquina y miserable" y "si tiene algo contra mí, lléveme a los juzgados", ha conminado el presidente al candidato del PSOE.
Rajoy ha respondido a Sánchez diciendo que no se dedica a la política por dinero y que cuando más dinero ha ganado es cuando se ha dedicado a su profesión.
Sánchez ha contestado que es un político “limpio” y ha añadido que él cobra como líder de la oposición 88.000 euros al año cuando Rajoy cobraba 240.000 cuando en 2011 era líder de la oposición.
Rajoy ha acabado su intervención, apelando a la "estabilidad, la seguridad y la certidumbre" que garantiza el PP para evitar un Parlamento en el que no sea "posible" la gobernabilidad.
En su último minuto en el debate, Rajoy ha subrayado que la situación de España está "mucho mejor" que cuando llegó al Gobierno y ha destacado la creación de empleo, el aumento del comercio minorista o la caída de la prima de riesgo, entre otros avances.
“De lo que se trata es de perseverar en ese cambio".
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el de Ciudadanos, Albert Rivera, consideraron el debate a dos como el "último debate del bipartidismo".
El candidato de Unidad Popular-Izquierda Unida, Alberto Garzón, lamentó que esta exclusión es “una tendencia más de la falta de cultura democrática” ante “cosas” que sólo defienden ellos, en referencia a las propuestas de su programa.
Para Albert Rivera, al que las encuestas sitúan en empate técnico con PP y PSOE, "hoy más del 40% de los españoles no se va a sentir representado por ningún candidato".
Las encuestas dan una victoria por la mínima del PP y un triple empate entre los socialistas y los dos partidos emergentes, dejando un escenario de difícil gobernabilidad.