Según ella, la policía controlará el tráfico de vehículos y personas, lo prohibirá si es necesario y tomará otras precauciones pertinentes.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, atribuyó esta medida a "la sensibilidad de la región".
El mandatario, citado por el periódico Hurriyet, dijo antes de partir a Turkmenistán que "es una decisión para 15 días" y que "el desarrollo (de la situación) mostrará qué pasa después de estos 15 días".
Turquía, tras sufrir varios atentados terroristas en los últimos meses, está extremando las medidas de seguridad en sus fronteras con regiones de Siria e Irak que permanecen bajo el control del autodenominado Estado Islámico, o Daesh por su acrónimo en árabe.
La permeabilidad de estas fronteras para el tráfico de armas, combatientes y petróleo de contrabando le valió a Ankara fuertes críticas por parte de diversos países, Rusia incluida, que urgen a sellar la línea fronteriza.
El autoproclamado Estado Islámico, o Daesh, es una organización terrorista prohibida en varias naciones, particularmente en Rusia.