La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a prisión perpetua que ya había emitido el tribunal de la provincia de La Rioja por el asesinato del obispo, que, el 4 de agosto de 1976, fue encontrado en la ruta, después de ser despedido por la camioneta en la que viajaba, que volcó y dio varias vueltas. Su acompañante, Arturo Pinto, sufrió numerosos golpes pero salvó su vida. Los religiosos regresaban de Chamical, donde antes habían sido secuestrados, torturados y asesinados los jóvenes sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias. La justicia encontró a Menéndez culpable de haber perpetrado el asesinato del obsipo.
Además, en las últimas semanas se han hecho 16 nuevos pedidos de condena a cadena perpetua contra Menéndez, en el juicio sobre lo ocurrido en el campo de La Perla, uno de los centros de detención y tortura durante la dictadura militar (1976-1983) en la provincia de Córdoba, según informa el diario Página 12.
En el juicio, 581 testigos han reproducido el horror de los crímenes cometidos por los militares. Uno de los casos es el de Vicente Fernández Quintana, un escribano de 68 años asesinado cuando buscaba a sus dos hijos secuestrados. Fernández Quintana fue secuestrado en 1976 en su casa y llevado hasta el campo de La Perla donde lo torturaron con choques de picana eléctrica hasta matarlo, y luego le quemaron la casa y su estudio.
Silvia Acosta, la hija de Sonia Torres, titular de las Abuelas de Plaza de Mayo de la provincia de Córdoba, tenía 20 años y estaba embarazada de seis meses y medio cuando la secuestraron junto a su esposo y otros familiares. Una mujer que estuvo presa con Silvia, relató en el juicio las circunstancias del parto, porque Silvia “tenía la pancita torturada, quemada por la picana y cigarrillos” y gritaba que no quería que el bebé naciera, porque se lo iban a robar.
Menéndez también es acusado de haber ordenado la decapitación y exhibición de la cabeza del abogado y ex ministro Miguel Hugo Vaca Narvaja, de 60 años y padre de doce hijos. Su hijo ya había sido detenido y luego fusilado, cuando el abogado fue secuestrado y torturado durante días y noches para obligarlo a firmar una declaración de repudio contra su hijo, pero no lo hizo, razón por lo cual lo mataron y decapitaron. En abril de 1976, un chico encontró una cabeza en una bolsa. El resto de la familia, 26 en total, tuvieron que irse del país.
Mariano Pujadas fue uno de los fusilados en la base Almirante Zar, en la ciudad patagónica de Trelew, luego de protagonizar una masiva fuga en 1972. Su padre, su madre, su hermano, hermana y su cuñada, fueron atormentados, asesinados, echados a un pozo y dinamitados en agosto de 1975. Otro de los que protagonizo la fuga, Marcos Osatinsky, fue secuestrado y asesinado junto con otros dos hermanos.
Alicia De Cicco, casada con el médico René Moukarzel fue secuestrada en 1975. Ella fue torturada y ahorcada por negarse a cooperar. Su marido, que era asmático, fue dejado desnudo en el patio de la prisión en pleno invierno hasta morir.
En la Argentina, entre 2006 y octubre de 2015, se registraron más de 2000 imputados y 622 condenados por terrorismo de Estado. Se dictaron 147 sentencias y 57 fueron absueltos. Hay 1065 detenidos y 18 juicios en curso en los que se juzga a 195 acusados.