Las autoridades de los tres ámbitos desarrollarán estándares comunes de emisiones, realizarán conjuntamente labores de monitorización e inspección y compartirán su información, según un comunicado de la Oficina de Protección Medioambiental de Pekín.
La legislación sobre emisiones es actualmente mucho más restrictiva en la capital que en Tianjin y Hebei tanto en lo que hace referencia a industrias contaminantes como a tráfico de automóviles.
Las autoridades de Pekín han trabajado los últimos años para limpiar sus cielos pero sus esfuerzos están abocados al fracaso porque el grueso de la contaminación llega de fuera.
La prensa y los internautas se han puesto de acuerdo estos días para atacar a las autoridades locales por su falta de coordinación y de eficacia en la lucha contra la contaminación.
Pekín sufrió una concentración de partículas PM2,5 (las más dañinas y pequeñas) que multiplicaba por 28 las recomendaciones de la OMS en unos días en los que un manto brumoso cubrió la ciudad y forzó a cerrar carreteras y cancelar vuelos por falta de visibilidad.
Los fuertes vientos helados del oeste limpiaron los cielos el martes, pero los expertos han pronosticado que la contaminación regresará a la capital el fin de semana.