"Las instituciones mediadoras, que pretenden ser legales, realizan una actividad comercial ilegal al sacar al mercado el petróleo y otras mercancías de valor, que luego entran en lotes legales", explicó Pansa.
Por otra parte, agregó, si Occidente quisiera impedir la financiación de las organizaciones terroristas habría sancionado a Arabia Saudí y Catar, que lo hacen abiertamente.
"(Occidente) siempre quería recibir por un buen precio recursos minerales de estos países y a la vez apoyaba a los regímenes políticos que consideraba el mal menor", señaló.
Pansa dijo que no puede imaginar que EEUU, Francia o Italia impongan sanciones contra Arabia Saudí y Catar, que suministran un 30 por ciento del crudo y el gas al mercado global.
"Sería mucho mejor importar más petróleo de Rusia y menos de países como Libia, donde el EI tiene más posibilidades de realizar el contrabando", dijo el experto.
El llamado Estado Islámico (Daesh en árabe), organización terrorista proscrita en Rusia y varios naciones más, controla varios yacimientos petrolíferos, refinerías y oleoductos en Siria e Irak.
La víspera, el Ministerio de Defensa de Rusia estimó que Daesh obtiene unos 2.000 millones de dólares anuales con las ventas ilegales de crudo.