La maniobra fue mostrada en directo en el sitio web de la agencia espacial nipona JAXA.
Con este lanzamiento el país asiático entra en el mercado de lanzamientos comerciales que dominan la Unión Europea, Rusia y EEUU.
El satélite se separó del cohete a 34.000 kilómetros cuatro horas y media después del despegue, unos datos sin precedentes para los lanzamientos japoneses.
Antes los satélites se desprendían a 300 kilómetros de altura y después utilizaban sus propios motores para elevar su órbita hasta 36.000 kilómetros.
Gracias a la modernización del propulsor, el cohete H2A puede colocar los ingenios a una altura de 34.000 kilómetros, con ello el satélite ahorra energía y puede estar operativo más tiempo.