Así opina Javier Morales, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea y coordinador del Área de Rusia y Eurasia en la Fundación Alternativas.
"Como ya ha ocurrido en los países bálticos, es muy fácil que se generen tensiones incluso por la rivalidad entre los pilotos de esos dos países y esto puede llevar a incidentes y hasta errores humanos", afirma.
Lo que ha ocurrido hoy es consecuencia de "una decisión precipitada sin pensar en las consecuencias" y "un error de cálculo ante algo que realmente no suponía una amenaza".
Para Morales, es "entendible" la contundente reacción de Moscú ante este accidente, porque "desde que comenzó el conflicto de Ucrania hace dos años" se mantiene una guerra informativa entre la OTAN y Rusia.
En ese enfrentamiento mediático, "Rusia ha sido acusado de acciones ilegales por la OTAN y de acciones agresivas en muchas ocasiones, por eso es normal que ahora quiera plantear que no es ella la única que ha actuado de formar agresiva sin pensar en las consecuencias", sostiene.
Turquía es un país miembro de la OTAN y ahora Rusia exige que "se le pidan también responsabilidades a Turquía".
Rusia ya había logrado una coordinación militar con países miembros de la OTAN, como EEUU o Francia, pero "Turquía no participa en ese diálogo".
Para Morales, la pregunta ahora es hasta qué punto esta nueva actitud más de confrontación entre Rusia y Turquía "puede arrastrar al resto de la OTAN".
Pero "la prioridad de la OTAN no es ahora el enfrentamiento con Rusia, especialmente por lo que ha costado llegar a este grado de entendimiento", concluye el especialista.