"La campaña del gobernante Frente para la Victoria (FpV, centroizquierda) interpreta el debate como un punto de inflexión, mientras que para el equipo de la coalición opositora Cambiemos (centroderecha) sería una consagración de su candidato", dijo el doctor en ciencia política Sergio Berensztein.
Pero se debe matizar el impacto que tendría el debate en los electores, si bien por ser el primero entre dos candidatos presidenciales antes de un balotaje "hay un segmento de la sociedad más informada para la cual es un acontecimiento de interés", señaló Berensztein.
Para el sociólogo Marcos Novaro, director del Centro de Investigaciones Políticas (Cipol), el oficialismo espera revertir la tendencia con la idea de que Scioli debe "desenmascarar a Macri".
Muchos televidentes contemplarán la reputación y la imagen que muestren los dos candidatos para desempeñar la responsabilidad a la que aspiran. Para ello, los dos se han entrenado a conciencia en técnicas comunes de lenguaje corporal y en el contenido de sus respuestas.
En cualquier confrontación el mayor esfuerzo recae sobre el desafiante, y ese espacio lo ocupa hoy Scioli, pues aunque ganó la primera vuelta con 37,08 por ciento de los votos, la diferencia fue muy estrecha respecto de Macri, que recogió el 34,15 por ciento, apuntó el politólogo.
"Veremos si Scioli puede seguir alimentando su propia imagen de resiliente y capaz de sobreponerse a situaciones adversas", observó.
Para Novaro, Scioli pone más en juego, pues si no se impone como triunfador en el debate no tiene oportunidad de ganar en segunda vuelta, mientras Macri "se va muy contento a su casa con un empate".
Fortalezas y debilidades
La fortaleza de Scioli se asienta en su liderazgo en la principal fuerza política del país, el Partido Justicialista (peronista), que forma parte del FpV.
También es un punto a favor que herede un Gobierno que ha hecho cosas buenas, "algo difícil de refutar", indicó.
Macri carece de una coalición con el arraigo territorial del oficialismo y es una incertidumbre cómo gobernará frente a un peronismo opositor.
Berensztein abundó que "quienes asumieron en condiciones similares han terminado mal", como el Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001), una alianza de sectores de izquierda, peronistas disidentes y la Unión Cívica Radical, que no pudo concluir su mandato en medio de la peor crisis económica y social de Argentina en muchas décadas.
Otro problema de Macri radica en el hecho de ser hijo de un empresario muy rico – como lo es Scioli también —, pero con una imagen más distante de los sectores populares, según Novaro.
El opositor, con todo, ha mejorado su desempeño a lo largo de la campaña, mostrándose más suelto y positivo que al comienzo, a juicio de Novaro.
Berensztein coincidió en que el resultado de la primera vuelta revirtió expectativas previas.
La coalición Cambiemos domina el proceso, según el experto, mientras que el oficialismo trata de recuperar iniciativas y fijar los ejes de discusión, con algunas estrategias a veces contradictorias, indicó.
"Scioli se posiciona como alguien distinto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner" en cuanto a no ser confrontativo, pero "no deja de confrontar con Macri", señaló.
Otra debilidad de Scioli es su gestión como gobernador de la provincia de Buenos Aires, según el consultor, y el hecho de que la presidenta "hasta hoy es renuente en su apoyo y en el oficialismo surgen permanentemente cuestionamientos a su liderazgo", dijo Berensztein.
Prontos, listos…
Los dos contendores se han preparado a conciencia para el domingo, entrenando en técnicas comunes de lenguaje corporal y contenidos de las respuestas con equipos de profesionales de alto nivel, según las fuentes.
Novaro apuntó que el equipo de Scioli carece de conducción política clara y que su campaña se ha visto perjudicada con "representantes del propio Gobierno que se pelean entre ellos".
Macri, en cambio, logró un equilibrio entre sus asesores, su partido y su coalición, puntualizó el director de la Cipol, con decisiones de campaña que ha mantenido reservadas.
Ventaja en los sondeos
Para Berensztein, los indecisos suman seis por ciento, a los que pueden sumarse los ciudadanos dispuestos a modificar su voto, en total 10 por ciento de voluntades que pueden definir la elección. El cientista político cree que la expectativa es un triunfo de Macri por un margen de entre siete y nueve puntos.
Pero la diferencia "no es lo suficientemente amplia para descartar una sorpresa el 22 de noviembre", sentenció.
Novaro también cree que la elección está definida a favor de Macri por entre ocho y 12 puntos, si bien para él los indecisos rondan el 10 por ciento y hay un seis por ciento de votantes que pueden cambiar su opción.
Gana la democracia
Más allá de quien gane y quien pierda, este debate es un signo de cambio en la manera de entender el diálogo político, estimaron las fuentes.
"Esto es el fruto de la presión de la sociedad civil, que trabajó muy duro para lograr este debate", concluyó Berensztein.
Por su parte, Novaro juzgó que "está volviendo el pluralismo y la competencia política real" con una mejora en el desempeño del liderazgo.