El debate se realizará una semana antes del balotaje, que tendrá lugar el 22 de noviembre.
Este segundo debate presidencial tendrá la misma estructura temática del primero, que se celebró el 4 de octubre, y del que participaron cinco de los seis precandidatos presidenciales, pues Scioli decidió no asistir.
Según explicó Charosky, Macri, candidato por la coalición Cambiemos (centroderecha), será el primero en exponer en el encuentro del próximo 15 de noviembre, mientras que Scioli, del Frente para la Victoria (izquierda), cerrará el debate, cuyos temas centrales serán: desarrollo económico y humano; educación e infancia; seguridad y derechos humanos, y fortalecimiento democrático.
Este orden se invierte con el segundo asunto a debatir.
Scioli comenzará su presentación y Macri responderá en la misma secuencia que se dio durante el primer tema.
"Así se debatirán todos los bloques hasta llegar al tema de cierre, donde cada uno hace una alocución final. Scioli será el último en hablar", detalló el organizador del encuentro.
Simplificar el debate
La organización Argentina Debate volvió a elegir la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en la capital argentina, como sede del segundo debate presidencial.
"El proceso ha sido simple a partir del momento en que acordamos que el eje principal iban a ser los intercambios entre los candidatos", señaló Charosky.
"En una reunión con los equipos de campaña de ambos candidatos, logramos ponernos de acuerdo en todo, y en el siguiente encuentro, fuimos a hacer los sorteos en un acto público", agregó.
En ese evento estuvieron presentes el vicepresidente de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Vía y Carlos Arslanián, ex juez del juicio a la Primera Junta de la última dictadura argentina (1976-1983) y miembro de Argentina Debate.
"Para que este segundo debate fuera más simple también tuvimos que simplificar", aclaró el coordinador y añadió: "Tuvimos que tomar decisiones que nos permitieran atravesar el periodo de la organización sin tener que abrir múltiples negociaciones, como sucedió en el primer debate".
Ante la expectativa que genera un debate que puede condicionar el voto de parte de los 32 millones de argentinos que elegirán a su próximo presidente, Charosky afirmó. "Siento una responsabilidad enorme y forma parte de la ansiedad y el estrés cotidiano. Por eso queremos garantizarle a los candidatos un ámbito donde puedan discutir y ser los protagonistas".
La del 22 de noviembre será la primera vez en la historia electoral argentina que la presidencia se dirima en segunda vuelta, instaurada en la Constitución de 1994.