"La ofensiva se vio dificultada a causa de los profundos túneles que los yihadistas habían cavado en las inmediaciones del pueblo", explicó el general sirio al mando de la operación.
La aviación rusa logró causar importantes daños a las fortificaciones y la artillería de los yihadistas, y también les impidió el traslado de refuerzos, armas y víveres desde la vecina localidad de Rabia.
Tras el bombardeo, las tropas sirias retomaron la ofensiva en la que participaron también las autodefensas locales, agregó el militar.
Los yihadistas aprovechaban la situación de Gmam, ubicada en una zona boscosa, para disparar contra Latakia y controlar la carretera que lleva a la frontera con Turquía y otra localidad estratégica, Yisr al Shugur.
Actualmente, el pueblo yace en ruinas y está abandonado por la población civil; los militares sirios han emplazado aquí artillería para disparar contra las posiciones del Frente al Nusra en un monte cercano.
Rusia comenzó el pasado 30 de septiembre a bombardear las posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria atendiendo una petición del presidente Bashar Asad.
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Desde entonces, la aviación rusa ha realizado más de un millar de misiones de combate que han dado muerte a cientos de yihadistas y han destruido decenas de sus puntos de mando, almacenes y otros objetivos.