No obstante, lo hace sabiendo que mañana deberá abandonar con toda seguridad la sede gubernamental tras el acuerdo alcanzado entre el Partido Socialista, el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista.
Partidos de izquierda en #Portugal cobran fuerza para gobernar https://t.co/zlvty1BlyO pic.twitter.com/xdKVFySBxn
— teleSUR TV (@teleSURtv) noviembre 8, 2015
El pasado 22 de octubre el presidente Aníbal Cavaco Silva encargó formar gobierno a Coelho, líder de la alianza de centroderecha que ganó las elecciones del pasado 4 de octubre sin lograr la mayoría, a pesar de que ya conocía el pacto de la izquierda.
El exalcalde de Lisboa prevé presentar este martes una moción de censura contra el Gobierno, en cuanto acabe el debate sobre el programa conservador.
De ganar la moción, tal como está previsto, el Ejecutivo de Passos Coehlo, que aplicó una durísima política de recortes estos últimos cuatro años, tendrá que dimitir once días después de haberse formado.
El Gobierno de Coehlo será el Ejecutivo más efímero de la historia de Portugal.
"La vida" de un Gobierno de izquierda en Portugal "no será fácil", reconoció Catarina Martins, portavoz del Bloque de Izquierda, formación afín a Syriza, coalición en el poder en Grecia.
"Estaremos expuestos a una presión enorme de parte de una Europa adicta a la causa de la austeridad y de los grandes grupos financieros internacionales", advirtió.
El programa de las izquierdas levanta una gran preocupación entre el sector financiero.
"Portugal no debe dar marcha atrás y convertirse en la Cuba de Europa", advirtió Fernando Faria de Oliveira, presidente de la Asociación Portuguesa de Bancos.
"Unida en su oposición al Gobierno actual, la alianza de la izquierda no parece duradera" por las divergencias entre sus componentes, opinaron los expertos del alemán Commerzbank.
El índice Psi 20 lidera desde la apertura las caídas en las bolsas europeas. En su caída roza el 2% de pérdidas, y baja de los 5.400 puntos.
Entre las medidas aplicadas por el anterior Ejecutivo de Passos Coehlo se encuentran la eliminación de 18 gobernadores civiles, del 25% de los concejos y el 40% de las empresas municipales.
También redujo embajadas y consulados, recortó salarios y pensiones, escuelas, juzgados y hospitales.
Coelho privatizó en este tiempo correos, las líneas aéreas, los aeropuertos, el servicio eléctrico, los seguros, la gestión del metro y los autobuses de Oporto.
El nivel de vida de los portugueses ha retrocedido diez años, mientras que cientos de miles han tenido que emigrar cada año.