"Pido perdón porque hoy sé que mis actuaciones causaron inmenso dolor a los familiares de las víctimas y tanto dolor histórico al país, y reitero que haría cualquier cosa para aliviarlo", precisa Betancur en la misiva al cumplirse los 30 años de la tragedia.
En la misiva de este viernes, insiste que durante todo este tiempo ha estado "siempre a disposición de la justicia".
Según Betancur, "el dolor ha estado siempre" en su mente "durante 30 años", tiempo en el que ha "tenido presente el justo reclamo de la verdad por quienes sobreviven", y rechazó que se le acuse de haber gestado un pacto de silencio en torno a lo ocurrido el 6 y 7 de noviembre de 1985.
Sin embargo, destacó que "se debieron tomar aún mayores precauciones para preservar todas las vidas y para garantizar un mejor manejo del lugar de los hechos donde fueron vilmente sacrificados numerosos ciudadanos".
La toma del Palacio de Justicia fue protagonizada por miembros de la entonces guerrilla M-19 (Movimiento 19 de Abril) que pretendían someter a Betancur a un juicio público por faltar a los compromisos asumidos en las negociaciones de paz realizadas con ese grupo subversivo en los Acuerdos de Corinto (Cauca, suroeste) en 1984.
El Ejército ordenó el asalto del edificio, operación en la que murieron 98 personas murieron (entre ellas once magistrados) y otras once personas más fueron dadas por desaparecidas.
Sólo hasta el pasado 20 de octubre la Fiscalía pudo identificar plenamente los restos de tres de esas víctimas, mientras que el paradero de las restantes ocho es un misterio.
Por esta serie de hechos, el pasado 22 de octubre la Fiscalía también llamó a indagatoria a 14 militares, entre ellos cuatro generales en retiro, por las torturas a desaparecidos durante la retoma del Palacio. Esto en razón de que los civiles que salieron con vida del lugar fueron concentrados en el primer piso de la Casa del Florero (museo que se aloja en una construcción colonial, diagonal al Palacio) y sobre algunos se impartió la orden de trasladarlos a dependencias militares, tras lo cual nunca más se les volvió a ver.
Por la muerte de una de las mujeres que salió con vida del Palacio fue sentenciado a 35 años de cárcel el entonces comandante de la Brigada 13 del Ejército, el hoy general (r) Jesús Armando Arias Cabrales, de 78 años, quien permanece recluido en la Escuela de Infantería, en Bogotá.
Este viernes, en diálogo con la emisora Blu Radio, Arias Cabrales aseguró que en ningún momento se dio la orden de desaparecer personas y mucho menos de torturarlas, y señaló que desconoce lo que sucedió en la Casa del Florero, así como el pedido de cese al fuego que hizo por teléfono el entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía (quien murió en los hechos), para negociar con el M-19.
"Sí en cualquier momento el presidente de la República, así como había dado el visto bueno al comienzo para restablecer el orden y recuperar el Palacio, hubiera pedido en cualquier instante suspender, se hubiera suspendido de inmediato, pero nunca recibimos esa orden, sino la de continuar las operaciones", señaló el general en retiro.
