"Estados Unidos es ahora un líder global en realizar serias acciones para combatir el cambio climático", dijo Obama en una conferencia de prensa desde la Casa Blanca, según consigna el diario The Washington Post.
Obama minimizó el impacto económico que supone su decisión, señalando que el oleoducto, que iba a tener casi 1.900 kilómetros de longitud e iba a transportar el equivalente a unos 800.000 barriles diarios de petróleo, no iba a significar un aporte relevante a la economía del país una vez finalizada su extensión.
"El oleoducto no va a generar una contribución significativa a largo plazo a nuestra economía", señaló el presidente, en declaraciones recogidas por el periódico The New York Times.
Asimismo, la postura del jefe de Estado está en línea con otras acciones de este tipo adoptadas recientemente: en agosto, Obama anunció una serie de regulaciones para reducir las emisiones de carbono por parte de las plantas de energía locales, informa The New York Times.
El oleoducto, cuya construcción comenzó hace unos siete años, y tiene una parte actualmente en funcionamiento dentro de EEUU, fue duramente criticado por organizaciones ecologistas.
El proyecto era apoyado por la mayoría del opositor Partido Republicano y algunos congresistas del gobernante Partido Demócrata, en especial los representantes de los Estados por los que pasaría el oleoducto.
Según dijo a The Washington Post el senador republicano por Dakota del Norte, John Hoeven, la decisión del presidente "no es sorprendente, pero es decepcionante".
Por su parte, el director de la organización ecologista 350.org, Bill McKibben, saludó la decisión del mandatario estadounidense.
"El presidente Obama es el primer líder mundial en rechazar un proyecto por su efecto en el clima", dijo el ambientalista a The Washington Post.
El objetivo de la COP 21 que se celebrará en París es alcanzar un acuerdo mundial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global.