Estados Unidos agitó la bandera beligerante de la provocación en plena capital china. En la Universidad de Pekin, el almirante Harry Harris, jefe de las fuerzas estadounidenses en el Pacífico, atizó los ánimos con sus palabras: "las aguas internacionales y el espacio aéreo internacional pertenecen a todo el mundo y no pueden encontrarse bajo el dominio de una nación cualquiera" dijo al aludir a unas aguas sobre las que China reclama su soberanía.
Y Harris, continuó desafiante: "nuestro ejército continuará volando, navegando y operando dondequiera que el derecho internacional nos autorice. El mar de China Meridional no es ni será una excepción".
Pero Pekín le envió un recado a Estados Unidos al denunciar "una incursión ilegal, sin el permiso de China", a la que consideró como una "amenaza" para su soberanía y sus intereses en materia de seguridad. Y movió ficha: la Armada de ese país publicó fotos de un grupo de cazas chinos participando de ejercicios militares tras despegar desde uno de los aeródromos militares de las islas Paracelso, cerca de una zona en disputa entre Pekín y Vietnam.
Gustavo Morales Delgado, analista militar y asesor sobre conflictos internacionales, opina que Estados Unidos demuestra que sus intereses ahora están en Asia, con su “OTAN” económica, que es el TPP, que rodea a China y Rusia y que busca aislarlas. Esto hace que realice ahora estos patrullajes sobre islas que nunca antes le habían interesado.
Como telón de fondo, los recursos energéticos que alberga el Mar de la China Meridional, petróleo y gas natural, y una ruta comercial que mueve un flujo de mercancías de unos 5 billones de dólares anuales, que se traduce en la cuarta parte del comercio mundial. Para Gustavo Morales Delgado, con sus patrullajes Estados Unidos hace una amenaza soterrada.