"Sus historias pueden utilizarse como una herramienta potencialmente poderosa en la lucha contra el EI", afirma el autor de trabajo, Peter Neumann, director del Centro Internacional para el Estudio del Radicalismo y la Violencia Política (ICSR, por sus siglas en inglés), de la prestigiosa institución académica londinense.
El informe ´Víctimas, perpetrados, activos: narrativas de desertores del Estado Islámico´ analiza 58 casos conocidos de combatientes que consiguieron huir de zonas ocupadas en Siria entre enero de 2014 y agosto de este año.
Pero el autor advierte de que el éxito de la huida no garantiza la seguridad de los desertores, que temen alzar la voz por "miedo a represalias y al temor" de acabar ante la Justicia.
El informe recomienda a los gobiernos ofrecer "asistencia y asegurar la seguridad" de los ex combatientes y retirar los "desincentivos legales" que les previene de divulgar su experiencia junto al EI.
"La mera existencia de desertores destroza la imagen de unidad y determinación que el EI pretende transmitir y demuestra que no es la utopía yihadista que la organización promete en sus vídeos", escribe Neumann.
El director del ICSR identifica cuatro "narrativas claves" que motivaron la renuncia a la lucha armada extrema de los 58 casos estudiados.
Por una parte, los desertores denuncian el "mayor interés del EI en combatir contra musulmanes sunitas" que contra las fuerzas del Bashar al Assad y la "brutalidad y atrocidades" dirigidas contra las mismas comunidades sunies.
Por otra parte, culpan de "corrupta y anti-islámica" a su antigua organización y señalan que la "vida" en las zonas conquistadas por los yihadistas "es dura y decepcionante".
Es probablemente la primera aproximación académica al fenómeno de la deserción de reclutas del EI y una experiencia que puede llevar a muchos otros a emprender el mismo camino de vuelta a sus hogares, según señala el director del ICSR.