"Los participantes del encuentro solicitan a la ONU reunir a los representantes de la República Árabe Siria y la oposición para iniciar el proceso político que debe llevar a un acuerdo de las partes de crear una estructura inclusiva que permitirá tomar conjuntamente decisiones sobre la vida del país, elaborar una nueva Constitución y celebrar elecciones generales", señaló.
"Como dijo John (Kerry), nosotros no logramos un acuerdo sobre el destino de Bashar Asad, Rusia está convencida de que los mismos sirios deben decidirlo en el contexto del proceso político, y nuestra declaración conjunta confirma que el proceso político debe ser sirio, pertenecer a los mismos sirios", explicó.
El ministro ruso recalcó que Rusia tampoco afirma que Asad debe mantenerse en el poder en Siria.
"No dije que Asad debe marcharse o quedarse, dije que el pueblo sirio debe decidir su destino, así como todo lo que está relacionado con el desarrollo del Estado sirio", subrayó.
Según Lavrov, los participantes coincidieron en que hay que respetar los derechos de todos los sirios a pesar de su religión y nacionalidad.
"Acordamos que hay que colaborar, que se deben defender los derechos de todos los sirios independientemente de su nacionalidad y religión, así como (garantizar) el acceso humanitario a los necesitados", dijo.
Lavrov insitió en que los combates contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) solo se pueden realizar si hay autorización de las autoridades sirias o una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Rusia se expresa a favor de que la lucha contra el terrorismo se lleve a cabo en base al derecho internacional, lo que supone realizar operaciones militares aéreas o terrestres contando con el acuerdo del Gobierno correspondiente y en base a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU", dijo al destacar que la postura rusa al respecto "queda sin cambios".
Las consultas sobre Siria tuvieron esta vez un formato más amplio, al sumarse a las negociaciones los representantes de China, Irán, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Alemania, Francia, Reino Unido, Egipto, Catar y Líbano, además del enviado especial de la ONU para Siria.
El pasado 30 de septiembre, la aviación rusa comenzó a bombardear las posiciones de los terroristas del Estado Islámico (EI) en Siria atendiendo una petición del presidente Bashar Asad.
Con más de mil ataques los aviones han aniquilado a cientos de terroristas, decenas de centros de mando, almacenes de armas y otras instalaciones de los radicales.
El embajador de Siria en Rusia, Riad Haddad, confirmó anteriormente que los ataques rusos se llevan a cabo solo contra las posiciones de los terroristas, y no contra la oposición ni los civiles.