"Turquía no necesita permiso de nadie para hacer lo que haga falta", remarcó.
"Estamos decididos (a combatir) a todo lo que nos amenace desde el otro lado de la frontera siria", subrayó.
Las autoridades turcas creen que el PYD es el ala siria del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
La situación en Turquía se agravó tras el atentado del 20 de julio, cometido por el Estado Islámico en la frontera con Siria, y los asesinatos de policías en las provincias surorientales turcas, de los que asumió la responsabilidad el PKK.
En los últimos tres meses, más de 150 policías, militares y civiles murieron en ataques organizados por esta facción.
A día de hoy los kurdos en Irak y Siria combaten a los terroristas del Estado Islámico. Los kurdos iraquíes reciben periódicamente ayuda militar por parte de EEUU y sus aliados y también de Rusia, a petición de Bagdad.
Turquía, donde viven millones de kurdos, por un lado, es aliado de EEUU en la lucha contra el EI y, por el otro, teme que las armas lleguen a manos del PKK.
El primer ministro otomano, Ahmed Davutoglu, dice que su país ha advertido a Washington y Moscú que no tolerará la entrega de ayuda militar a los kurdos sirios.
Desde Moscú han respondido que no envían ese tipo de ayuda a esta comunidad.