Los agentes dan el alto a todos los vehículos, obligan a bajar a sus pasajeros y registran los maleteros. Los mismo ocurre en otros barrios palestinos como Isawiyah y Ras al Amud.
La policía israelí empezó a taponar los vecindarios palestinos el miércoles 14 de octubre, el día después que dos palestinos subieran a un autobús con un arma de fuego y un cuchillo y atacaran a los pasajeros. Mataron a dos e hirieron a diez.
La policía disparó contra los atacantes y uno de ellos, Bahaa Allyan, de 23 años, murió. El ataque se produjo en la colonia israelí de Armon HaNatziv, situada en parte en el territorio ocupado de Jerusalén este, concretamente en tierras del barrio de Yabel Mukaber.
De allí era Allyan y el otro palestino que atacó el autobús, Bilal Ranem, de 24 años, que resultó herido. También nacieron, se criaron y vivían en Yabel Mukaber Alaa Abu Yamal, de 33 años, y Mustafa Jatib, de 17.
Abu Yamal se lanzó con su coche, el 13 de octubre, contra una parada de autobús en el vecindario de Geula y mató a un hombre. Luego apuñaló a diversas personas y fue abatido a tiros.
Abu Yamal trabajaba en la compañía telefónica israelí Bezeq y era tío de Udai y Ghasan Abu Yamal, que en el 2014 mataron a cinco personas en una sinagoga. Una de sus casas fue demolida y la otra, sellada, y a la esposa y los hijos de Ghasan les retiraron la residencia en Jerusalén.
Jatib intentó apuñalar a un agente, según la policía, en la Ciudad Vieja, y fue acribillado a tiros. Los padres del chico niegan la versión policial. Han solicitado el vídeo de los hechos, ya que la zona está llena de cámaras, pero la policía ha rechazado su petición.
“Estamos indignados, los israelís nos humillan diariamente de muchas maneras”, dice a Sputnik Nóvosti Maisa Jatib, la madre de Mustafa. “Mi hijo era inocente, tenía muchos sueños, quería ser ingeniero”, asegura llorando.
Los Jatib tienen una casa que denota una buena posición. El padre de Mustafa, Aadel, trabaja en una agencia de la ONU. “Necesitamos el vídeo de lo que ocurrió. Estoy convencido de que mi hijo es inocente, pero si hizo algo, quiero saberlo, tengo derecho a saber qué ocurrió y a que se haga justicia”, señala Aadel.
Los Abu Yamal son más humildes y guardan las tradicionales costumbres beduinas. Casi todo el barrio tiene raíces en la comunidad beduina, para la que el honor y la dignidad son esenciales.
Yabel Mukaber es un barrio degradado, tiene problemas de canalización de aguas y recibe muy poco del presupuesto del Ayuntamiento de Jerusalén. Sus colinas empinadas dificultan la concesión de permisos de construcción, algo que ya de entrada es casi imposible de obtener en toda la parte palestina de Jerusalén.
Israel suele denegar los permisos de construcción a los palestinos. Casi todos los vecinos de Yabel Mukaber han recibido órdenes de demolición de sus casas en algún momento y pagan multas muy elevadas.
Los palestinos de Yabel Mukaber están acostumbrados a la presencia policial porque tienen un puesto de control militar en medio del barrio, dividido por el muro que Israel levantó en territorio de Cisjordania y Jerusalén.
Algunas de las familias de Yabel Mukaber están separadas por culpa del muro. Unos vecinos siguen en Jerusalén y tienen tarjeta de residencia israelí y otros viven atrapados por el muro con carné palestino.
Para ir de un lado al otro, los de Jerusalén tienen que dar un rodeo de una hora en coche. Los de Cisjordania no pueden pasar sin permiso israelí.