Durante una conferencia de prensa, Claudia se presentó con sus dos abuelas biológicas, María Assof de Domínguez, presidenta de las Madres de Plaza de Mayo en Mendoza y Angelina Catterino de Castro.
Contó que siempre supo que había sido adoptada, pero no sabía que era hija de desaparecidos. "La duda la tuve siempre pero sin ningún tipo de lineamiento relacionado con el terrorismo de Estado o la dictadura", dijo.
"Era como que tenía negada esa parte", porque todo "se había dado de manera tan natural" en su "familia de crianza que sabía que no había nada turbio" y "no tenía ganas de buscar". "Las restituciones de nietos "eran noticias del país, lo viví muy lejano", señaló.
En julio, decidió hacerse el análisis de ADN para salir de la duda. El 27 de agosto, mientras estaba de viaje con su esposo y sus tres hijos, se enteró del resultado positivo.
Después de colgar el teléfono, se dio cuenta que no había preguntado quiénes eran sus padres. Cuando le dijeron, se pasó toda la noche buscando por Internet.
Después, Claudia buscó reunirse con con sus abuelas biológicas, que la buscaban desde 1978. Se conocieron a los pocos días, pero mantuvieron la noticia en secreto.
Las abuelas le mostraron fotos de sus padres, y Claudia se reconoció en la sonrisa de su madre. Luego decidió hablar con sus hijos y contarles.
Su hija mayor, de nueve años, que no sabía ni siquiera que su mamá era adoptada, se emocionó y "se enamoró de todos" enseguida, contó Claudia, quien dijo que ahora tiene "cuatro padres", porque las personas que la criaron siguen siendo "sus viejos".
"Fue una emoción tan grande que no se puede describir —dijo la abuela Angelina- Parecía mentira tanta alegría después de tantos años. Imagínese, 37 años esperándola en todo momento".
"Muy lindo todo, a pesar del dolor", señaló la otra abuela, María, y pidió "que vea la gente, el pueblo argentino, el daño que han hecho estos asesinos. Qué necesidad tiene ella de estar viviendo esto ahora. Y nosotros. Siendo que desde un principio hubieran podido tener la generosidad aunque sea de dejarla en la puerta de la casa una vez que nació".
María agregó que su lucha, "en este sentido, no está terminada. Porque yo salí a buscar a mis hijos con vida. Lamentablemente no los pude encontrar. Ahora, con Claudia tenemos aunque sea, un pedacito de ellos", agregó.