La Estrategia contra el Extremismo, publicada este lunes, incluye una serie de medidas para mejorar la gestión e inspección de escuelas, academias religiosas, universidades y otros entes estatales.
El Ejecutivo de David Cameron pretende también agilizar los trámites para incentivar denuncias y quejas individuales sobre centros y líderes comunitarios o religiosos bajo sospecha de promover ideas islamistas.
El nuevo plan gubernamental fue condenado como "fallido y contraproducente" por el Consejo Musulmán de Reino Unido.
"La estrategia reforzará la percepción de que todos los aspectos de la vida musulmana deben superar un examen de conformidad para demostrar lealtad a este país", denunció el secretario general del Consejo, Shuja Shafi, en declaraciones remitidas a Sputnik Nóvosti.
Shafi advirtió de que la administración Cameron corre peligro de "alienar a las comunidades musulmanas", cuyo apoyo es vital para "hacer frente Al Qaeda o Daesh" (Estado Islámico, en su acrónimo en árabe).
El documento da luz verde a un programa "completo de inspecciones para asegurar que todas las instituciones están salvaguardadas del riesgo" de infiltraciones de elementos extremistas.
Los centros educativos religiosos complementarios al horario escolar, particularmente los musulmanes, serán intervenidos si surgen motivos de preocupación por la seguridad y bienestar de los alumnos, según contempla la nueva estrategia.
Al mismo tiempo, el Gobierno asesorará a asociaciones benéficas y empresas del sector privado sobre métodos para identificar y combatir postulados islamistas.
La Estrategia antiextremismo persigue también una mayor colaboración de la industria digital para eliminar contenidos radicales de las redes sociales.
El Gobierno indica que ha habido progreso en esta área: este año se están retirando una media de 4.000 artículos al mes de Internet frente a los 60 de 2010.