Hace dos años se libró del yugo de los inspectores de la Troika que aún atormenta a Grecia. El pasado marzo devolvió la última entrega de los 18.000 millones de euros aportados por el FMI al paquete de rescate neto de 67.000 millones y la economía crece al ritmo más acelerado de la UE por segundo ciclo consecutivo.
"¿Quién habla ahora de Syriza? Nunca suscribimos al tipo de análisis de Syriza. Su formula empeoró la situación en Grecia. Nosotros negociamos las bases de la deuda, que ahora es sostenible gracias al camino que seguimos basado en una estrategia de rigor y prudencia", declaró el ministro de Gasto Público y Reforma, el laborista Brendan Howlin, a un grupo de periodistas desplazados a Dublín por invitación de su gobierno de coalición con el partido democristiano Fine Gael.
Con una receta de austeridad y "sin huelgas", según se enorgullece Howlin, Irlanda emprendió la senda de la prosperidad. El ajuste también aceleró la emigración por primera vez en décadas. Más de 80.000 jóvenes irlandeses y ciudadanos extranjeros salieron de la isla en busca de trabajo en Reino Unido, Australia o Estados Unidos, los primeros, y en sus respectivos países, los segundos.
El ministro de Empleo, Empresas e Innovación, Richard Bruton, del Fine Gael, reconoce que emigraron "dos tercios de la última graduación universitaria" y advierte de que la mejor vía para asegurar su retorno es "creando empleo y oportunidades en casa". "La opción de emigrar es la más fácil para algunos y desde luego no perdimos a los más emprendedores", señaló.
Durante la crisis se perdió el 22 por ciento de empleos a tiempo completo y la demanda doméstica cayó un 20 por ciento. Desde entonces, los datos oficiales apuntan a la creación de 120.000 puestos de trabajo, que han contribuido a recortar el paro del 15.2 por ciento en 2012 al 9.4 por ciento este año. Sin embargo, el desempleo juvenil aún ronda en torno al 20 por ciento.
Las exportaciones y, más recientemente, el consumo interno guían la recuperación. Irlanda es la base europea de empresas farmacéuticas y firmas especializadas en las nuevas tecnologías de comunicación. Se asientan en la República atraídas por el reducido impuesto de sociedades- del 12.5 por ciento- y por un mercado laboral especializado y con un increíble abanico de idiomas. El castellano y el ruso ocupan las posiciones quinta y sexta en una tabla que encabeza el polaco, además del obvio inglés.
"Sin talento, el tipo impositivo es irrelevante. Tenemos la mayor concentración de jóvenes de la OCDE. A los inversores no les gustan las sorpresas y aquí tienen asegurada una política fiscal competitiva, estable y consistente", advirtió Martin Shanahan, director de IDA, el ente que promueve la captación de inversiones extranjeras.
Su colega en Entreprise Ireland, Brendan Flood, apunta al bloque BRIC entre los mercados prioritarios en esta nueva fase de expansión de la economía irlandesa. El responsable de la división en ventas y asociaciones empresariales internacionales recalca que las sanciones contra Moscú no han impactado negativamente en los negocios entre ambos países. "No ha habido una reducción de las exportaciones a Rusia y hay un importante número de inversores rusos interesados en venir a Irlanda", confirmó Flood a Spunik Nóvosti.
La clave de la expansión internacional está, según explicó Bruton, en que "somos un país pequeño con enorme fortaleza en nichos tecnológicos". Con su provisión de servicios informáticos y de Internet a empresas de todos los sectores industriales, Irlanda se considera inmune a los vaivenes en la economía global.
Empujado por la bonanza económica y la coyuntura política- elecciones generales en menos de seis meses- el gobierno recortó impuestos y aumentó el gasto público en el presupuesto para 2016, que se presentó el 13 de octubre. Fue una respuesta directa a los sondeos de opinión que niegan la mayoría parlamentaria a la presente coalición.
"La gente no siente la recuperación en sus ingresos y expresa su insatisfacción con los partidos de la coalición", explicó Dan O´Brien, del Instituto en Asuntos Europeos e Internacionales (IIEA, en sus siglas en inglés).
La crisis generó un movimiento anti-austeridad que nunca alcanzó el nivel de violenta protesta registrada en Grecia. El ajuste irlandés fue brutal e incluyó la creación de impuestos adicionales, pero solo hubo movilizaciones de masas contra la imposición de una tasa sobre el consumo del agua. "La protesta se ha calmado, aunque un núcleo de activistas sigue activo", señaló O´Brien
"Los resultados de los sondeos no son ninguna sorpresa. Quitar dinero a la gente no es una receta para ganar popularidad, pero el electorado nos juzgará por la totalidad de nuestra trayectoria, desde una economía rota a la de mayor crecimiento en la UE", declaró el laborista Howlin. Su socio en Fine Gale, Burton, apuesta por la renovación de la coalición porque, como señaló al grupo de periodistas europeos, "hemos encontrado un modelo que funciona".