El presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, ha de encargar la formación de un Ejecutivo tras las elecciones generales celebradas el pasado 4 de octubre.
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La próxima semana, Silva se reunirá con cada una de las fuerzas parlamentarias y el miércoles o el jueves debe decidir a quién encarga el Ejecutivo.
"El posible Gobierno de izquierdas entre socialistas, comunistas y Bloco es un golpe de Estado". denunció ayer por la noche Manuela Ferreira Leite, exministra de Finanzas del PSD en su habitual comentario de la cadena de televisión TVI24.
La exministra, pese a seguir militando en el PSD, tiene una gran autoridad moral y en la campaña electoral se manifestó más cercana al socialista Costa que a Passos Coelho.
Portugal se encuentra "en estado de shock", denunció la política, por las negociaciones entre las formaciones de izquierda: "Cuando las personas votaron al PS no pensaban que también votaban al PC y al Bloco; si el PS hubiera dicho en campaña que iba a coaligarse con los otros partidos de izquierda, sería legítimo lo que van a hacer, pero eso no ocurrió", dijo.
"Están provocando un fraude electoral; estamos ante un verdadera fantochada, Costa no tiene ninguna legitimidad para ese pacto de izquierdas, no tiene mandato de los electores", denunció Ferreira Leite.
La coalición de izquierdas podría da paso a un Gobierno antiausteridad, una política que Costa ahora no descarta, aunque ha insistido en que cumplirá con los objetivos de déficit marcados por la Unión Europea.
En estos años, el Ejecutivo conservador de Passos Coelho eliminó 18 gobernadores civiles, el 25 por ciento de los concejos, el 40 por ciento de las empresas municipales, redujo embajadas y consulados, recortó salarios y pensiones, escuelas, juzgados y hospitales.
El Gobierno privatizó correos, las líneas aéreas, los aeropuertos, el servicio eléctrico, los seguros, la gestión del metro y los autobuses de Oporto.
El nivel de vida de los portugueses ha retrocedido diez años, mientras que cientos de miles han tenido que emigrar cada año.