Poco antes, los socialistas habían reconocido que no habían alcanzado su “meta” en los comicios.
“En nombre de la coalición estamos aquí para afirmar que todas las proyecciones conocidas apuntan a un hecho claro y es que la coalición Portugal al Frente ha obtenido una gran victoria en esta noche electoral", dijo en la noche del domingo el vicepresidente del Partido Social Demócrata (PSD), Marco António Costa.
"Vamos a mantener nuestro compromiso para garantizar la recuperación” y “mantendremos una actitud de diálogo", añadió entre los vítores de sus seguidores.
La coalición PaF está formada por los socialdemócratas del PSD de Passos Coelho y el Partido del Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP).
Con el 50 por ciento de los votos escrutados, la coalición conservadora quedaba lejos del 50 por ciento y se quedaría con un 39% de los votos.
La victoria de Passos Coelho es la primera de un Ejecutivo que ha aplicado las duras recetas de la troika para salir de la crisis económica.
Portugal ha sido el alumno más aplicado de la troika y un ejemplo a seguir según la canciller alemana Angela Merkel.
Coelho se mostró totalmente en contra de una condonación de la deuda a Grecia, tal como pidió Alexis Tsipras tras alcanzar el poder.
El líder portugués recordó entonces que las condiciones de rescate que tenían los griegos eran mejores que las de los portugueses.
La coalición, que ha gobernado el país durante los años del rescate financiero y de los recortes (2011-2014), lograría entre el 36,4 y el 43 por ciento de votos frente a entre el 29,5 y 35 por ciento del Partido Socialista, presidido por António Costa.
Alrededor de 9,7 millones de portugueses estaban llamados el domingo a las urnas en unas elecciones calificadas como las más reñidas y cruciales de su historia democrática tras un rescate de 78.000 millones de euros.
Los portugueses acudieron a las urnas cinco días después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) cerrara el despacho en Lisboa desde donde han controlado la aplicación del férreo paquete de medidas de austeridad en el que han vivido tras ser rescatados hace más de cuatro años.
En estos años, el Ejecutivo conservador eliminó 18 gobernadores civiles, el 25 por ciento de los concejos, el 40 por ciento de las empresas municipales, redujo embajadas y consulados, recortó salarios y pensiones, escuelas, juzgados y hospitales.
Passos Coelho privatizó en este tiempo correos, las líneas aéreas, los aeropuertos, el servicio eléctrico, los seguros, la gestión del metro y los autobuses de Oporto.
El nivel de vida de los portugueses ha retrocedido diez años, mientras que cientos de miles han tenido que emigrar cada año.
Los analistas atribuyen la victoria conservadora por la rémora que todavía representa el anterior primer ministro socialista, Jose Sócrates, que admitió la inminente bancarrota del país y pidió el rescate de 78.000 millones de euros.