"El causante partió de Porto Alegre con destino a la Ciudad de Miami, Estados Unidos de Norteamérica, con fecha del 19 de febrero, habiéndose identificado en aquel momento con pasaporte italiano Nº AA3441362", sostiene un comunicado del Ministerio de Seguridad de la Nación que recoge Télam.
La Interpol (Policía Internacional) había emitido una circular azul el 30 de septiembre con el objetivo de localizar a Stiuso e interrogarlo para que explique su papel en la investigación del ataque terrorista de 1994 a la entidad judía AMIA, ya que así lo había solicitado previamente la Unidad Fiscal AMIA.
El organismo internacional, según informó Télam, subió la ficha de Stiuso con un pedido de "urgente registro y difusión" donde consta su calidad de "testigo" de una causa penal en Argentina.
La presidenta Cristina Fernández sugirió a finales de septiembre, aunque sin nombrarlo, que Stiuso se encontraría en Estados Unidos y pidió a ese país que colaborase para dar con su paradero en el discurso que pronunció ante la Asamblea General de la ONU.
¿Quién es Antonio "Jaime" Stiuso?
Stiuso ocupó puestos clave de la ya desaparecida Secretaría de Inteligencia del Estado desde 1972, incluyendo el período de la última dictadura (1976-1983).
Fue director de Operaciones y de Contrainteligencia y su identidad no se conoció hasta 2004, cuando el entonces ministro de Justicia del presidente Néstor Kirchner, Gustavo Béliz, mostró su fotografía en un programa de TV.
Los medios de comunicación argentinos señalan que manejaba información reservada sobre muchas personas vinculadas al poder en ese país, que era experto en informática y hacker y que controlaba las interceptaciones telefónicas.
Desde 2005 colaboraba estrechamente por orden del presidente Kirchner con el fiscal Alberto Nisman, encargado de la investigación del crimen de la AMIA.
Stiuso fue despedido en diciembre de 2014 por el Gobierno de Cristina Fernández, que dispuso una restructuración en el organismo de inteligencia.
Al mes siguiente, el fiscal Nisman denunció a Fernández y a otros altos cargos de su Gobierno por un presunto plan para proteger a los supuestos autores iraníes del atentado a la AMIA, y presentó un documento basado en interceptaciones telefónicas realizadas por la Secretaría de Stiuso.
El espía volvió a las portadas de los diarios cuando Nisman apareció muerto con un balazo en la cabeza, un día antes de su planificada comparecencia ante el Congreso para fundamentar su denuncia.