Según informó el diario brasileño O Estado de Sao Paulo, los indígenas intentaron en un primer momento ser recibidos por el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha.
Sin embargo, la negativa de éste les llevó a ocupar pacíficamente la sesión de la Comisión de Derechos Humanos, presidida por el diputado del Partido de los Trabajadores (PT) Paulo Pimenta, quien inmediatamente se posicionó a favor de los indígenas.
Un grupo de diputados del PT, liderados por Pimenta y representantes del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y el Partido Rede, intentaron convencer al polémico presidente de la Cámara de los Diputados para que admitiese reunirse con el líder del movimiento, siendo el senador del PT, Lindbergh Farias, el encargado de comunicarse con Cunha a través del teléfono móvil sin llegar a ningún acuerdo.
"Pensó que cortando la luz y enviando a la policía ustedes saldrían, pero no sabía que el tiro le saldría por la culata, su actitud truculenta os fortaleció", declaró Lindbergh ante los indígenas mostrando su disgusto con la decísión de Cunha al agregar que "ahora pueden salir y decir que desafiaron al presidente Eduardo Cunha, ese que se piensa que manda en Brasil, y vencieron".
Cabe recordar que, según el informe "Violencia contra los Pueblos Indígenas de Brasil", elaborado por el Consejo Indígena Misionario (CIMI), la violencia derivada de los conflictos de tierras entre comunidades indígenas y terratenientes dejaron un total de 138 indígenas muertos en 2014, es decir, un aumento del 130 por ciento en el número de muertes de este colectivo respecto a 2013, llegando hacerse necesaria la actuación del Ejército en áreas del estado de Mato Grosso do Sul.