Previamente Ankara denunció que un avión ruso entró en el espacio aéreo turco en la zona de Yayladag en la provincia fronteriza de Hatay.
Konashénskov atribuyó el incidente aéreo a malas condiciones meteorológicas.
"Este incidente se debe a malas condiciones meteorológicas en la zona. No hay que buscar razones conspirológicas", aseguró.
Según el portavoz de la Defensa rusa, la base Hmeimim, que utilizan los aviones rusos, se encuentra a unos 30 kilómetros de la frontera entre Siria y Turquía lo que obliga a los pilotos proceder al aterrizaje desde el norte dependiendo de las condiciones del vuelo.
El grupo aéreo de la Fuerza Aeroespacial de Rusia desplegado en Siria incluye más de 50 aviones y helicópteros, entre ellos los bombarderos Su-24M y Su-34, así como las naves de ataque Su-24.
El Ministerio de Defensa de Rusia destaca que los ataques de su aviación han afectado el sistema de abastecimiento de los extremistas y ha dañado las infraestructuras que preparan a los terroristas suicidas.
El embajador sirio en Moscú, Riad Haddad, confirmó previamente que los ataques rusos tiene como objetivo las posiciones de grupos terroristas y en ningún caso prevén afectar a la oposición o la población civil.