El periódico indica que para inicios de 2016 se planea adquirir el tercer incinerador de este tipo, con capacidad de hasta 350 kilogramos.
Los funcionarios explican que el servicio funerario podrá trabajar de este modo con las personas que pesan 250 kilogramos, reservándose el resto a lo que pesa el ataúd.
"Es un peso enorme, si pensamos en eso, pero así es la demanda", señaló Peter Deague, jefe ejecutivo del comité de cementerios, al detallar que la incineración del ataúd del tamaño similar tarda dos horas.
Deague recordó que una vez el comité fue obligado a rechazar una solicitud de cremación en la que se indicaba el peso total de 530 kilogramos.
Según las estadísticas de 2013, el 63 por ciento de los adultos en Australia son obesos.