“Hay muchas peticiones de prohibir todas las importaciones: de ropa, repostería, coches y equipos usados”, dijo al asegurar que "no se trata de la sustitución total de los artículos importados".
Medvédev admitió que la desaparición total de la mercancía importada supondría "una oportunidad adicional para los productores rusos", pero se pronunció en contra de colocarles en condiciones que vayan en contra de la competencia porque ello repercutiría en la calidad.
“Nuestros productos que sustituyen las importaciones no deben ser más caros que los análogos extranjeros y, por supuesto, deben tener una calidad comparable”, insistió.
Las relaciones entre Moscú y Occidente se deterioraron a raíz de la crisis en Ucrania y, en particular, después de que Crimea se adhiriera a Rusia en marzo de 2014 tras un referéndum en el que la mayoría de los votantes dio el sí a la reunificación.
EEUU, Canadá y la UE aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia, que respondió con una limitación a las importaciones agroalimentarias procedentes de estas naciones.