"Mis electores están comprensiblemente cansados de los estudios, informes, planes y grupos de trabajo. Están cansados de promesas vacías y propuestas mal informadas", señala el discurso que va a pronunciar el comisionado residente de Puerto Rico en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Pedro Pierluisi, difundido este martes por el diario El Nuevo Día.
El representante de la isla caribeña en la cámara baja del Congreso pedirá que se otorgue paridad a Puerto Rico en la asignación presupuestaria de los programas de salud pública Medicare y Medicaid, lo que podría representar unos 2.000 millones de dólares adicionales anuales para la economía puertorriqueña.
Desde Puerto Rico se reclama a Washington por el recorte de asignaciones para estos dos programas, mientras los presupuestos en estos rubros que reciben otros estados se han incrementado.
De características similares, el Medicaid es un programa de seguros de salud, dirigido a las personas de menos recursos con niños a cargo.
A su vez, Puerto Rico volverá a solicitar que las empresas públicas del país puedan ampararse en el capítulo 9 de la Ley Federal de Quiebras, lo que les daría la facultad de reestructurar sus deudas, tal como lo hizo la ciudad estadounidense de Detroit, que se declaró en quiebra en 2013 y pudo superar el problema un año después.
Por su parte, el director de Política Pública del Centro para la Nueva Economía, Sergio Marxuach, pedirá durante su ponencia en el Senado que Washington permita a Puerto Rico "decidir su status político", para salir de una situación "que es tan humillante para los puertorriqueños como indigna para Estados Unidos".
El Estado de Puerto Rico mantiene una deuda de unos 70.000 millones de dólares.
En el mes de junio, en una entrevista con el periódico The New York Times, el gobernador Alejandro García Padilla reconoció que la deuda era "impagable".
Por tratarse de un estado libre asociado a Estados Unidos, Puerto Rico no puede declararse en quiebra.