“El legado más valioso que les podemos dejar a nuestros hijos es la paz”, pues se trata “del bien supremo, el más sagrado, y razón de ser de las Naciones Unidas”, añadió Santos, arrancando aplausos de la audiencia.
“Luego de casi tres años de negociaciones en las que hemos avanzado en la mayoría de los puntos de la agenda acordada, se logró un acuerdo en lo que tal vez era el mayor obstáculo… lo más difícil en cualquier proceso de paz: un sistema de justicia transicional que garantiza la no impunidad para los delitos cometidos en el conflicto”, añadió el jefe de Estado.
El presidente colombiano ratificó que la fecha límite para el acuerdo definitivo de paz es el 23 de marzo de 2016, y 60 días después las insurgentes FARC deberán dejar las armas.
“Hoy vengo a ratificar ante el mundo que entre los más de 210 conflictos armados que subsisten en el planeta, que generan tanto dolor, pobreza y sufrimiento, hay uno, el de mi país, el de Colombia, que está en el camino de una solución final”, afirmó el presidente.
El jefe de Estado señaló que “han sido más de 50 años de guerra interna en un país destinado al progreso, a la felicidad”, y añadió que la paz “es una misión difícil, pero no imposible”.
“La paz es sobre todo un proceso de transformación cultural colectiva que comienza con un cambio espiritual individual, que requiere que cada persona en su interior abra su mente, su corazón, su alma a la reconciliación”, agregó.
Las FARC y el Gobierno de Colombia están en guerra desde 1964.
Santos anunció la semana pasada en La Habana que su Gobierno y las FARC acordaron un mecanismo para aplicar justicia sobre los crímenes cometidos en el conflicto, que entre otras cosas otorgará beneficios penales para aquellos que colaboren en la búsqueda de la verdad.