En la quinta visita de un Papa a la Asamblea de la ONU, Francisco aludió a los organismos financiertos en duros términos que también provocaron los aplausos de los asistentes.
El jefe de la iglesia católica aludió a la necesaria "no sumisión a los axfixiantes sistemas crediticios" que lejos de mejorar la situación de los países generan "mayor pobreza".
Como viene haciendo desde su llegada a Estados Unidos, el Papa habló de la preservación del medioambiente, "existe un verdadero derecho del ambiente" dijo, antes de pedir a los países de la ONU un verdadero compromiso con los nuevos objetivos del desarrollo sostenible que se definirán en la reunión que comienza este viernes en Nueva York.
"La crisis ecológica junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana. Las nefastas consecuencias de un irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado solo por la ambición del lucro y el poder debe ser un llamado a una severa reflexión sobre el hombre", aseguró.
El Papa reanudó sus alusiones a la "cultura del descarte" que afecta a los más pobres del mundo.
El jefe de la iglesia católica mostró su satisfacción por el acuerdo nuclear con Irán y abogó por el final de los conflictos armados que actualmente se desarrollan en el mundo. También defendió los derechos de las minorías cristianas en Oriente Medio y África, además de abogar por la educación, y en particular por la escolarización de las niñas.
El primer Papa que habló ante la Asamblea General de la ONU fue Pablo VI en 1965; Juan Pablo Segundo estuvo dos veces en el plenario (1979 y 1995) y Benedicto XVI pronunció un discurso en el 2008.