"Los griegos se han resignado, saben que han sido derrotados y que no hay alternativa. La mayoría de ellos quiere seguir en el euro, por eso no quedaba otra opción que aceptar el tercer rescate", señala el experto, que destaca que un "síntoma del cansancio" de los electores es la importante caída en la participación.
"Los griegos quieren que sea la izquierda la que gestione el rescate y las relaciones con Europa. Tsipras tendrá más sensibilidad social y luchará por defender los intereses de los griegos, mientras la derecha se rendiría incondicionalmente ante la Troika (formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y aplicaría todo lo que le propongan", explica el catedrático.
Syriza ha salido como la gran vencedora de la jornada electoral, con un 35,47 por ciento de los votos, 145 escaños, y le sigue Nueva Democracia con 28,07 por ciento y 75 diputados.
"La derecha no ha resultado creíble, por eso no ha conseguido ganar las elecciones a pesar de las circunstancias. No podemos olvidar que los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas del Pasok fueron los que llevaron a Grecia al desastre, por lo que en esos partidos hay muy poca confianza", afirma el experto.
Por otra parte, Rodríguez-Aguilar destaca que el resultado de Unidad Popular, la escisión de Syriza,"ha sido un fracaso" porque Tsipras no les ha dado tiempo a prepararse. Además, el mensaje radical que defendían, "sobre el papel está muy bien, pero es poco realista".
Otra de las grandes preocupaciones actualmente en Grecia es el ligero incremento de la representación parlamentaria del partido de la ultraderecha Amanecer Dorado, que se mantiene como tercera fuerza política.
"Es preocupante, pero sin embargo, se ha visto que no hay un apoyo mayoritario a estas políticas. El pueblo griego, por ejemplo, no ha reaccionado de forma xenófoba con los refugiados, a pesar de la situación de crisis en el país", afirma.
Esta era la última prueba a la que se enfrentaba el político heleno en este intenso año electoral. "Tsipras agotará los cuatro años de legislatura y la clave ahora es implementar las reformas, aunque es posible que la Troika suavice sus posiciones", señala el experto.
Sin embargo, el profesor cree que la troika suavizará sus posiciones, aunque no habrá quita. "Se pueden alargar los plazos o bajar los tipos de interés, aunque solo si Grecia hace los deberes", apunta.
Rodríguez-Aguilera destaca una parte positiva de todo este proceso. "Grecia tiene la oportunidad de construir por fin un estado moderno y serio". El país "arrastra desde hace 35 años unas carencias inadmisibles, un sistema fiscal penoso, no tienen un verdadero catastro, unos tribunales con muy poco poder, etc". Hay que "acabar con la corrupción, la evasión fiscal o la economía sumergida, entre otras muchas cosas", detalla.
"Ya está bien de que los navieros y la iglesia ortodoxa no paguen impuestos", concluye.