El viernes, Milanovic afirmó que su país ya no tiene posibilidades para acoger más refugiados y por lo tanto aplicará el plan B, que consiste en trasladar a los refugiados a países vecinos como Hungría.
Anteriormente, el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, afirmó que Croacia de que a causa de sus acciones los refugiados se ven obligados a cometer un delito atravesando ilegalmente la frontera con Hungría.
Por su parte, el portavoz del Gobierno de Hungría, Zoltan Kovacs, acusó a Croacia de autoritarismo hacia los países vecinos.
"Croacia trata de imponernos su voluntad y su primer ministro dice abiertamente que se hará tal y como ellos consideren conveniente", recalcó.
La policía húngara interceptó el viernes en el paso fronterizo de Magyarboly, en la frontera con Croacia, un tren que trasladaba de este país a Hungría a un millar de refugiados procedentes de Oriente Próximo acompañados por unos 40 policías.
"El tren entró en seis kilómetros de profundidad del territorio de nuestro país a pesar del semáforo rojo", indicó.
Según Kovacs, los policías croatas "fueron desarmados y enviados a casa en autobuses sin conflictos".
La policía de la provincia húngara de Nograd, comunicó que al menos 5.200 refugiados entraron en Hungría desde Croacia en un día y media.
Los Estados del sureste europeo se enfrentan actualmente a una avalancha de refugiados que huyen de conflicto en Oriente Próximo y África del Norte y transitan por los Balcanes en su travesía a Europa del Norte y del Oeste.
Más de 500.000 refugiados, fundamentalmente procedentes de Oriente Medio y África del Norte, han llegado a las fronteras de la Unión Europea desde principios de 2015, informó Frontex, la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras.
La Comisión Europea ha calificado la actual crisis migratoria como la mayor que vive el continente desde el fin de la II Guerra Mundial.